El lenguaje es la base de la comunicación, el aprendizaje y las relaciones sociales. Detectar a tiempo las dificultades permite intervenir de forma temprana, evitando problemas futuros en el rendimiento escolar y en la autoestima del niño.
Los trastornos del lenguaje no desaparecen por sí solos en la mayoría de los casos. La terapia logopédica ofrece estrategias y herramientas adaptadas a cada edad y necesidad, favoreciendo una comunicación eficaz y mejorando la calidad de vida del paciente y su entorno.
En un retraso del lenguaje, el paciente sigue las etapas del desarrollo normal, pero a un ritmo más ralentizado. En cambio, un trastorno del lenguaje implica alteraciones más profundas y persistentes que requieren intervención especializada.
Es recomendable consultar si a los 2-3 años el niño no combina palabras, presentadificultades de comprensión o pronuncia muy poco. Una detección temprana mejora significativamente los resultados del tratamiento.
El logopeda trabaja en dislalias (errores de pronunciación), TDL (trastorno del desarrollo del lenguaje), dificultades en la lectura y escritura, tartamudez y otros problemas relacionados con la comunicación.
Algunas dificultades evolutivas pueden resolverse espontáneamente, pero los trastornos del lenguaje suelen mantenerse si no se tratan. La intervención logopédica es clave para evitar repercusiones en el aprendizaje y la vida social.